@ CARACAS 2012

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Friday, August 2, 2013

QUIEN NO QUISIERA SER DAISY BUCHANNAN??

No me cabe la menor duda cuando afirmo que la mayoría de los venezolanos serían capaces de dar la mitad de sus vidas con tal de ser el feliz consorte o el afortunadìsimo marido de Daisy Buchannan. El sòlo hecho de escuchar la palabra Buchannan produce lo que yo llamo un "efecto dominò" en el hombre venezolano. Me explico: Ojos que se salen de sus òrbitas seguidos por un millón de papilas gustativas generendo una salivacion excesiva y manos temblorosas como las de un quinceañero enamorado.
Estos son solamente algunos de los síntomas que produce la sola menciòn de tamaño apellido.
Se entiende que es por aquello que los psicoanalistas seguidores de la escuela Freudiana denominan la "impronta", que vendrìa a ser en lenguaje coloquial algo así como un sello que viene grabado en la psique de los seres humanos, mas o menos como el pecado original. Aqui me refiero a la impronta del frasco del elixir favorito de cualquier venezolano que se respete: El whisky.

El sueño de casarse con una Buchannan que podría tener o 12 añitos, lo cual serìa un acto de pedofilia aberrante, o elegir a la mayor de edad por tener los 18 ya cumplidos es el final feliz de cualquier historia de amor criolla. Ni Delia Fiallo ha podido con eso.

Pero no es a esa clase de Buchannan a quien hago menciòn y rindo pleitecìa en mi blog del día de hoy mis queridas Compis.
Esta vez me refiero a la heroìna de la obra maestra del escritor FS Fitzgerald "The Great Gatsby".
Que mujer no quisiera ser el objeto del deseo, la causante de semejantes pasiones, de despertar el amor de dos hombres poderosos, ricos y muy bien parecidos, que por demàs, estaban mas que dispuestos a dar sus vidas por esa Daisy Buchannan elusiva, frìvola y distante?
Solo una mujer muy afortunada, o muy astuta, es capaz de despertar pasiones y sentimientos de tal magnitud en dos hombres como esos, léase los dos mejores partidos de la sociedad neoyorquina de principos del siglo XX. Esos machos alpha fueron capaces de llegar hasta las últimas consecuencias to win her over.Para quedarse con el gran premio, para sacarse la lotería. Que tiempos aquellos....

Aquí en Caracas las cosas no son asì mis Compis. Nosotras podemos dar fé de ello. Los candidatos disponibles, (y los que no lo estàn también) por la ùnica Buchannas por la que se baterìan en duelo serìa por la botella verde de 18 años, no nos engañemos. También conozco a màs de uno que por la hermanita de 12 años le venderìa su alma al diablo.
Asi que las Daisy wannabes en Venezuela estamos condenadas a ser unas segundonas. Nuestra rival es muy poderosa y en definitiva, es la que manda y la que gobierna. Pues la botella de Buchannans es la ùnica capaz de relajar a nuestros paisanos, de arrastrarlos a ese delirio casi inconsciente que sólo produce el amor verdadero, y ademàs sin cargo de conciencia. Pues al dìa siguiente ya no la recuerdan y la Buchannans pasa a ser un affair de una sola noche de copas. Un "One Night Stand". Quien puede con una rival asì? Nadie.
Encima de todo eso la condenada no se queja y permite que la siguiente noche, otra botella con el mismo apellido tome su lugar y secuestre al individio en cuestión, para llevarlo otra vez a un frenesí de nuevas sensaciones.
Asì no se puede.....La competencia es desleal.
Las Daisys venezolanas no importa que apellido tengamos, hemos sido derrotadas en la batalla. Estamos en desventaja y hay que saber perder.

Porque a veces hay que perder para ganar.

Asi que a las Daisy Buchannans criollas no nos va a quedar otra que destapar la botella verde, entregarnos a ella reconociendo nuestra derrota humildemente y con la cabeza en alto, y eso si, diciendo:
Let's Drink to That!!

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